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Cáritas de Canarias reformula su proyecto de intervención en adicciones

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Cáritas Diocesana de Canarias anuncia el cierre de las instalaciones de la Comunidad Terapéutica en el Valle de Agaete, ampliando el espectro de adicciones a abordar y articulando un nuevo modelo de intervención psicosocial, educativa y ocupacional en horario de mañana y tarde.

Una de las máximas preocupaciones de la Asamblea Diocesana de Cáritas, del Consejo Diocesano y del Equipo Directivo en los últimos tiempos ha sido garantizar la sostenibilidad de la organización, amenazada por distintos factores, como la disminución constante de los donativos, los trámites burocráticos y los retrasos en los abonos de pagos pendientes por parte de las Administraciones Públicas, además del incremento de los costes salariales y sociales determinado por la aplicación del Convenio Colectivo de Acción e Intervención Social Estatal del Tercer Sector.

En estos momentos, Cáritas mantiene abierto el proceso de negociación con la Administración Pública con la finalidad de encontrar alternativas adecuadas para la ampliación del espectro de adicciones que trata y el establecimiento de un modelo de intervención psicosocial, educativa y ocupacional en materia de adicciones y en horario de mañana y tarde.

Se redefine y amplía la respuesta a las personas con adicciones

Como consecuencia de ello, la acción social de Cáritas Diocesana de Canarias se ha visto tensionada y comprometidas las respuestas a las personas más vulnerables de la provincia de Las Palmas. Por esta razón, tras una larga, compleja y difícil reflexión, se ha tomado la decisión de reformular el Proyecto Esperanza, que pasará a constituirse como un modelo de intervención psicosocial y educativa que funcionará en horario de mañana y tarde de lunes a viernes con la finalidad de atender un espectro más amplio de personas con adicciones, siguiendo las pautas de la intervención en contextos y las exigencias del Modelo de Acción Social de Cáritas.

Graves problemas estructurales y de sostenibilidad

Esta dolorosa decisión, por sus distintas connotaciones personales y sociales, implica el cierre de las instalaciones de la Comunidad Terapéutica pero no conlleva la extinción del Proyecto Esperanza, que se reformula y sigue dando respuestas y ampliando su intervención psicosocial, educativa y ocupacional para atender y acompañar nuevas realidades de adicción.

El funcionamiento de la Comunidad Terapéutica supone para Cáritas un déficit financiero importante pues, además de las limitaciones inherentes al edificio donde está ubicada, con graves problemas estructurales de accesibilidad y la carencia de agua de abasto, se ha añadido el incremento de los costes salariales y sociales necesarios para mantener los servicios que presta el Proyecto Esperanza.

Cáritas Diocesana de Canarias ha realizado diferentes gestiones para garantizar la sostenibilidad y continuidad del Proyecto Esperanza tal y como lo conocemos actualmente, tanto ante las Administraciones Públicas como ante empresas y entidades privadas, pero todas las diligencias han resultado infructuosas. Por esta razón, se procederá al cierre de la Comunidad Terapéutica al final del presente año, lo que permite poner en marcha una planificación que garantice el cumplimiento de los compromisos con las personas atendidas en estos momentos y el impulso y ampliación de la atención a un espectro más amplio de adicciones siguiendo las directrices de la intervención psicosocial contextualizada en adicciones y de la acción socio caritativa de la Institución.

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