NC-BC propone un límite en torno a 70.000 kilos de plátano por hectárea con derecho a recibir las ayudas

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Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-BC) ha propuesto en el día de ayer un límite en torno a 70.000 kilos de plátano producido por hectárea con derecho a recibir las ayudas directas del Programa de Opciones Específicas por la Lejanía y la Insularidad (Posei). El portavoz parlamentario de NC-BC, Luis Campos, planteó además el control de la superficie cultivada y de la concentración del sector, así como de la comercialización en el mercado local, para garantizar el futuro del principal producto canario de importación, con prioridad el pequeño productor.

El diputado del grupo canarista progresista preguntó, en comisión, al consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria, Narvay Quintero, por las medidas a la producción y a la comercialización del plátano para evitar la caída de los precios de los últimos meses y por las iniciativas para la recuperación de terrenos agrarios abandonados,

Con respecto al sector del plátano, con una cosecha de 476 millones de kilos en 2023, Luis Campos llamó la atención sobre la bajada de los precios derivada del exceso de producción, lo que compromete la rentabilidad de los pequeños agricultores. Además de retirar del mercado la fruta sobrante, la pica, que el año pasado fue de entre de 26,5 millones de kilos y 36 millones de kilos. Unas cantidades que resultan todavía mucho más escandalosas, aseguró, si se tiene en cuenta el consumo de agua.

Para NC-BC es necesario que se adopten una serie de medidas que “dependen de nosotros” para garantizar el futuro, la eficiencia y la rentabilidad del plátano, con prioridad el del productor artesanal, cada vez más mermado.

Previa referencia a factores exógenos como la competencia del banano y la necesidad de poner en marcha las cláusulas espejo, entre otras medidas, Campos planteó cuatro iniciativas a tomar en coordinación con los plataneros de las islas.

La primera, fijar una cantidad máxima de producción por hectárea con derecho a la ayuda directa. Con independencia de que se recojan 100.000 kilos por hectárea, el productor no recibiría más ayudas por encima de esas 65.000 o 70.000 kilos por hectárea, que es la media establecida y comprobada como óptima que se da en el 99 por ciento de los casos. De esta manera, en opinión de NC-BC, se evita el fraude y se garantiza un reparto equitativo de los 141 millones de euros de ayudas.

En segundo lugar, abogó por controlar la superficie total cultivada, entendida ésta como la producida en el aire libre y la del invernadero, con el objetivo de transparentar la superficie real trabajada.

En tercer lugar, defendió la necesidad de controlar el proceso de concentración del sector ya que disminuye, cada año, el número de perceptores de las ayudas. Observó que los fondos percibidos tienen una doble función, la medioambiental y la social. La segunda se define por las cifras dadas por el consejero Quintero. De los 11.108 perceptores de 2011 a los 7.508 de 2021. La cuarta medida expuesta por el portavoz canarista fue la necesidad de controlar la comercialización en el mercado local.

Tierras

En relación a las iniciativas a adoptar por parte de todas las administraciones públicas canarias para la recuperación de los terrenos agrarios abandonados, Luis Campos subrayó la necesidad de proteger los suelos agrarios. Demandó a Narvay Quintero rapidez con la aprobación de las Directrices de Ordenación del Suelo Agrario de la disposición adicional decimonovena de la ley del suelo para evitar que los terrenos abandonados pasen a ser urbanísticos. 

De la importante superficie que no está en producción, citó Fuerteventura (87 por ciento), El Hierro (83 por ciento) y La Palma (84 por ciento). Las islas que presentan un mejor escenario, añadió, son Lanzarote (65 por ciento), La Gomera (62 por ciento), Gran Canaria (61 por ciento) y Tenerife (51 por ciento).

Campos hizo hincapié, sin embargo, en que Fuerteventura y Gran Canaria son las que, en los últimos años, han recuperado hectáreas y, por lo tanto, “hay esperanza”, como indicó. Defendió la conveniencia de estudiar las acciones tomadas en las mismas para ver si son rentables y extrapolables al resto. Como el banco de tierras de Gran Canaria, el impulso de los viñedos y, con carácter general, de otros cultivos adaptados al clima y el territorio o necesarios para los ganaderos como la actividad forrajera.


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