Puerto de la Cruz culmina un año de sororidad e impulso intergeneracional con el reconocimiento a más de un centenar de mujeres de la ciudad

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El Lago Martiánez acogió el pasado martes la clausura del Proyecto Buganvillas, una iniciativa de la Concejalía de Igualdad, dirigida por el edil David Hernández, y subvencionada por el Cabildo de Tenerife, que durante un año ha tejido redes de sororidad, formación y participación entre mujeres mayores y jóvenes de Puerto de la Cruz.

El acto, cargado de emoción y simbolismo, culminó con la entrega de diplomas por parte del también primer teniente de alcalde a las participantes, que recibieron el reconocimiento público a su implicación en un proceso que ha transformado vidas y fortalecido comunidades.

Buganvillas, integrado en la Red Insular para la Igualdad de Género Tenerife Violeta, nació con un propósito claro: promover la inclusión, la equidad y el empoderamiento femenino a través de acciones formativas, actividades intergeneracionales y espacios seguros de encuentro. Definido como un proyecto para la formación, el empoderamiento y la sororidad intergeneracional entre mujeres, ha centrado sus esfuerzos en la población femenina mayor de 65 años residente en la ciudad, sin olvidar el imprescindible puente tendido hacia las mujeres jóvenes.

Durante la ceremonia se hizo un recorrido por los tres años de trabajo desarrollados previamente con mujeres mayores en el municipio, a través de los proyectos Nut y Amapolas, antecedentes directos de esta iniciativa y evidencia del compromiso continuado del Ayuntamiento con la igualdad real. También se presentaron los resultados del Proyecto Buganvillas, expuestos por Valentina Mitidieri (Factoría Social), además de las intervenciones de varias mujeres participantes, que compartieron vivencias y aprendizajes surgidos durante el proceso.

La jornada concluyó con la presentación del nuevo proyecto Colmena, a cargo de Sandra Bacallado, técnica del Centro Municipal de las Mujeres, que dará continuidad a esta línea de acción feminista y comunitaria. Actuaciones musicales acompañaron los distintos momentos del evento, subrayando su carácter festivo y reivindicativo.

“Buganvillas no solo dio respuesta a necesidades detectadas a nivel profesional, sino también a demandas expresadas por las propias mujeres durante años de trabajo conjunto. Ese enfoque centrado en la voz de las participantes ha sido clave para garantizar que cada acción fuera útil, pertinente y transformadora”, explicó.

David Hernández destacó que, “aunque hoy se pone fin al Proyecto Buganvillas, se reafirma el compromiso de seguir impulsando programas que fortalezcan la participación activa de las mujeres mayores en todos los ámbitos de la vida social del municipio”.

Un año de crecimiento colectivo

A lo largo de doce meses, Buganvillas ha impulsado decenas de actividades en las que han participado más de un centenar de mujeres: charlas especializadas, talleres formativos, cinefórums, encuentros intergeneracionales y experiencias vivenciales diseñadas para fortalecer la autoestima, la autonomía y la participación social.

La prevención de las violencias machistas y la difusión de derechos y recursos ocupó un espacio clave en la programación, junto con el aprendizaje de herramientas para la independencia emocional y financiera, la construcción de redes de apoyo mutuo y la adquisición de nociones básicas de autodefensa feminista. Uno de los grandes logros del proyecto ha sido la conexión entre generaciones, que ha permitido que las jóvenes encontraran modelos y referentes sólidos en las trayectorias vitales de las mayores.

El éxito de Buganvillas ha sido posible gracias a la colaboración transversal de distintas áreas municipales —mayores, educación y juventud— y a la implicación desinteresada de numerosas entidades colaboradoras. Esta suma de esfuerzos ha permitido construir un proyecto vivo, participativo y con una fuerte raíz comunitaria.

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