El área de Ciudad Sostenible, que dirige el edil David Hernández, impulsa un plan de replanteamiento del cauce del barranco para proteger a viviendas y ciudadanía ante el riesgo de riadas
El Ayuntamiento de Puerto de la Cruz, a través del área de Ciudad Sostenible, que dirige el edil David Hernández, trabaja en la adjudicación del proyecto de redacción relativo al replanteamiento del cauce del Barranco de San Felipe para proteger a viviendas y ciudadanía en general ante el riesgo de posibles inundaciones.
Esta zona, catalogada como de alto riesgo de inundación según el Plan Especial del Riesgo de Inundaciones de la isla de Tenerife, requiere una intervención urgente y planificada para garantizar la seguridad de la población y la recuperación de sus condiciones naturales.
El Barranco de San Felipe está inventariado como cauce de titularidad pública y forma parte de una de las Áreas de Riesgo Potencial Significativo de Inundación (ARPSI) en la Demarcación Hidrográfica de Tenerife. Actualmente, su estado de abandono genera graves problemas que afectan tanto al medio ambiente como a la seguridad ciudadana. La acumulación de residuos, la proliferación de plantas exóticas invasoras, el deterioro de las infraestructuras existentes y la ocupación irregular del cauce por construcciones e infraviviendas provocan un entorno insalubre y peligroso, especialmente ante episodios meteorológicos adversos.
En este contexto, David Hernández, que visitó recientemente la zona junto al presidente de la Asociación Vecinal Jeriguilla de San Antonio, Dioni Rodríguez, explica que el área “plantea una intervención a medio plazo que se enmarcará dentro de las estrategias de infraestructuras verdes y los objetivos de la Agenda Urbana Puerto de la Cruz 2030. Hemos realizado una consulta ciudadana en el barrio para recoger las inquietudes y sugerencias de los vecinos y vecinas que ha sido fructífera y nos servirá de guía, porque es fundamental que participen en las decisiones que afectan al barrio. El proyecto se centrará en la zona del cauce ubicada dentro del municipio y pretende no solo rehabilitar el espacio natural, sino también proponer una alternativa urbanística para las viviendas afectadas por el riesgo de inundación; el cambio climático es una realidad y estamos trabajando con medidas esenciales para hacerle frente con garantías y mucha prevención”.
En esta línea, señala que se colaborará estrechamente con el Consejo Insular de Aguas de Tenerife, con quien se analizará el Plan Especial de Gestión del Riesgo de Inundación de la Demarcación Hidrográfica de Tenerife, identificando los inmuebles y las infraestructuras que deberán ser relocalizadas o revisadas para garantizar la seguridad de la población. Asimismo, será necesaria la modificación del Plan General de Ordenación (PGO) del municipio, ya que el vigente, con adaptación básica desde 2006, no permite acometer las acciones necesarias para abordar el problema con la profundidad y eficacia requeridas.
La modificación del PGO buscará señalar claramente las viviendas y los sistemas viarios que puedan verse afectados por futuras inundaciones y establecer los criterios para redefinir el suelo urbano destinado a vivienda pública donde se pueda reubicar a los propietarios afectados. También incluirá la redefinición del sistema viario en las zonas comprometidas, siempre alineándose con los principios de sostenibilidad y resiliencia que marcan las infraestructuras verdes.
Otro de los objetivos fundamentales del proyecto es responder a la problemática social que existe en el trazado del barranco, donde se detecta un entramado de infraviviendas con problemas constructivos, de salubridad y marginalidad. La propuesta urbanística buscará ofrecer soluciones dignas y sostenibles para estas familias, garantizando su acceso a una vivienda segura, en coherencia con los objetivos sociales de la Agenda Urbana.
“La recuperación del cauce no solo tiene un valor ambiental, sino que también es imprescindible para implementar un sistema de prevención y alerta temprana que permita informar con antelación a la ciudadanía sobre posibles episodios de inundaciones. De esta forma, se podrá minimizar el impacto de fenómenos meteorológicos extremos, reduciendo riesgos y protegiendo vidas y bienes”, señala Hernández.
En definitiva, este proyecto se presenta como una iniciativa estratégica para ordenar el territorio, evitar la dispersión urbana, mejorar la resiliencia ante el cambio climático y fomentar la cohesión social. Su ejecución posicionará a Puerto de la Cruz como un municipio comprometido con la seguridad, la sostenibilidad y la calidad de vida de sus vecinos y vecinas.