El emblemático personaje de Quino ya tiene su espacio permanente en el municipio
El Sauzal cuenta desde hace pocos días con una nueva vecina muy especial: Mafalda, la icónica niña de las viñetas creadas por Joaquín Salvador Lavado, Quino, se incorpora al paisaje urbano del municipio con una escultura que ya forma parte del patrimonio cultural local, situándose frente al Teatro El Sauzal, anexo al Ayuntamiento.
La instalación de esta obra, realizada por el escultor argentino Pablo Irrgang, forma parte de la permanente inquietud de El Sauzal por el arte y la cultura.
Mafalda se suma así a una red internacional de ciudades que han rendido homenaje al personaje, con réplicas en lugares como Buenos Aires, Lima, Guadalajara, Caracas, Madrid, Barcelona y Oviedo.
Con esta incorporación, El Sauzal se convierte en el emplazamiento número 16 a nivel mundial que acoge una escultura oficial de Mafalda, siendo la cuarta en España y la única a nivel nacional que no está en una gran ciudad, sino en un pequeño pero coqueto pueblo, lo que reafirma el compromiso local con la cultura y el pensamiento libre.

Durante el acto de inauguración, el alcalde Mariano Pérez destacó que «esta escultura es más que un homenaje; es una invitación a detenernos, reflexionar y recordar que la infancia tiene derecho a expresarse, cuestionar e imaginar».
Mafalda, con su mirada crítica e irónica, ha sido desde hace más de seis décadas una voz lúcida que interpela al mundo con inteligencia, ternura y rebeldía.
El escultor Pablo Irrgang, autor de esta y otras esculturas de Mafalda en el mundo, viajó especialmente desde Argentina para participar en la inauguración. El artista agradeció la cálida acogida del pueblo y destacó la importancia de «crear puentes culturales que nos unan a través del arte y el humor».
En el evento también se contó con la presencia de miembros del Consulado argentino en Tenerife con la cónsul adjunta Geraldine Cohen a la cabeza y del ilustrador y crítico de cómics Manuel Darias. La presencia de Mafalda en El Sauzal no solo celebra la obra de Quino, sino también el poder del arte para transformar los espacios comunes en lugares de encuentro, memoria e inspiración